Había soñado con alguien
Pero no lo recuerdo muy bien
Recuerdo un espejo y un rostro borroso pintado de blanco…
¿Por que lo he olvidado?
¿Qué fue de mi sueño, de quién era ese rostro?
¿Acaso las cosas se reprimen por actos que cometimos?
Pero no lo recuerdo muy bien
Recuerdo un espejo y un rostro borroso pintado de blanco…
¿Por que lo he olvidado?
¿Qué fue de mi sueño, de quién era ese rostro?
¿Acaso las cosas se reprimen por actos que cometimos?
Aunque recuerdo vagamente que…
Te seguía, y mientras tanto notaba cierto deseo carnal en tu mirada
Deseos de ser devorada
Querías apagar el fuego de la pasión…
Y te rogaba que no se extinguiera
Pues desaparecería así el misterio que ocultaba el beso
El beso y el deseo que en tus labios se escondían
El de sentirse mutuamente uno con el otro
El olor, el sabor, el tacto…
Acto seguido por lo desconocido
Talvez una aventura que escapaba más allá de lo carnal
Que exigía un boleto de entrada
Para no volver jamás…
Para llegar hasta la cima, al que llaman Paraíso
Donde la tierra es dividida, en el amor y el sexo
Dispuestos como el mar y el cielo
Azules en la inmensidad
Unidos en la distancia
Pero lejanos como dos extraños que solo buscaban una respuesta…
Sueño, uno y otro más
En uno, sentía tu cuerpo y tu corazón palpitando
Sentía el sudor de mi cuerpo producido por el calor del tuyo
Y el suspiro de tu boca, llenaba el ambiente con su delicado aroma
Que permitía la sensación de que ambos cuerpos, se convirtieran en uno solo
Hasta llegar a lo infinito
No habría fronteras, ni limites
Solo la profundidad del placer
No existirían los parámetros
Solo el borde a lo obsceno, lo sensual y así también lo sexual…
Tampoco habría topes para alcanzar lo divino
Solo razones para continuar…
En otro, me explicabas el papiro del corazón
De su propio idioma, su religión, y su ciencia.
Y decías que el humano aun no comprendía…
Te preguntabas si existiría diferencia entre las palabras y las acciones
Y yo me ponía a pensar que el silencio de las palabras
Haría que uno pudiese entrar en sintonía con el deseo
Y el cuerpo así empezaría a actuar
Al unísono de cada latido del corazón
Tú no querías un cuerpo de renta y limosna
Ya que nada podría valer lo que el amor se merece
Ni satélites, ni planetas, ni las estrellas
Ni la luna y el sol juntos…
Podrían compararse a la omnipotencia de esta gran sensación
Que se encarnó en un pedazo humano
En tu cuerpo, que no es de todos
Ni será de nadie, sino de la naturaleza de la creación
Allí encontrará su inicio, allí encontrará su destrucción
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