domingo, 11 de septiembre de 2011

La Visita de Cupido

Agosto iniciaba, y esperanzado esperando que ocurriera algun milagro, me encontraba un 13 de Agosto; con un corazón que latía en silencio, sin rendirse ante cual suponía que fuera mi destino. Recibí de pronto, la visita de Cupido, esa tarde me había citado, y por obra de su divinidad con una de sus flechas me había acertado. Cupido me había permitido encontrarte, y; entre palabras y gestos, historias y sucesos, gustos y defectos, este corazón volvía a sonreir.


A medida que los días pasaban, sin darme cuenta, descubrí un sentimiento, había empezado a quererte, a extrañarte, a tener la necesidad de querer verte, abrazarte y besarte.

Y fue entonces, un 27 de Agosto, cuando declaraste tu parlamento de amor, y con el regocijo de sentir que eres correspondido, respondí con un "sí". Tan dichoso te sentí, al ver tu rostro, inmensamente feliz, como si te estuviera entregando el mejor regalo del mundo.

Semanas después sucedió algo que contemplaría mi dicha; leí de ti la más hermosa frase, "te estabas enamorando". Y yo no tarde en acudir con una respuesta, la sensación que se originaba en cada latido; me hicieron entender que estaba enamorándome de ti.

Agosto se marchó, y Cupido en donde quieras que estés, te doy las gracias por tal increíble y romántico mes.
 


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